Hoy día 16 de Septiembre se ha publicado en el diario de Cádiz un artículo sobre el funcionamiento del Aula Hospitalaria de Cádiz. En él se hablá de la magnifica labor que hacen mis compañeras Ana y Meli. Desde este blog también queremos reconocer su trabajo y su dedicación.
La escuela del Puerta del MarEl Aula Hospitalaria ha iniciado un nuevo curso con la misma ilusión de siempre, con el objetivo de que los pequeños no vivan su hospitalización como un trauma y mantengan algo de normalidad en sus vidas
Pedro M. Espinosa / cádiz | Actualizado 16.09.2012 - 08:11 Triana tiene cinco años y una mirada de niña lista y valiente. Lleva cuatro días en el Puerta del Mar pero no tiene prisa por irse. Su madre sí. Está en pie, a su lado, con el alta en la mano aguardando a que su pequeña termine de colorear un elefante en el Aula Hospitalaria del centro. Le preguntamos qué es lo que más le ha gustado del hospital y su primera respuesta es rápida. "Todo". Luego se lo piensa y puntualiza que lo que más, lo que más, "la escuela". Y es que desde que en 1989 se pusiera en marcha esta iniciativa han sido centenares los pequeños que han pasado por ella y se han beneficiado de la normalidad que ofrece, de la posibilidad de recuperar algo de su vida cotidiana.
Ana y Meli, las dos especialistas que se encargan del Aula Hospitalaria, atienden a los pequeños tanto en las instalaciones de que disponen como en las propias habitaciones, en caso de que los pacientes ingresados no estén en condiciones de desplazarse. "Cuando un niño ingresa nos presentamos a la familia y les informamos de la posibilidad de que continúen trabajando su curso aquí", dice Ana. El objetivo es convertirse en una especie de centro de apoyo escolar. Los niños llevan sus propios libros y Ana y Meli hablan con sus tutores para coordinarse y que pueda hacerse un seguimiento. "Es una forma de continuar con su vida pero aquí dentro del hospital, y la verdad es que notamos que a los niños les viene muy bien", comenta el doctor Aguirre, jefe de la Unidad de Pediatría del Puerta del Mar.
Junto a Triana se encuentra Fátima, una niña de Teruel que enfermó durante una visita a Marruecos y que fue desplazada desde Ceuta hasta Cádiz. "Pues yo vine en helicóptero, aunque no lo recuerdo porque estaba dormida. Me lo ha contado mi madre", dice, a lo que Triana, que no se corta, le responde para no ser menos. "Pues yo vine en ambulancia desde Jerez".
Ana y Meli, que ya lleva dos décadas atendiendo a los pequeños, van vestidas como el personal sanitario. "Esto nos ayuda porque los niños a los que hay que realizar punciones por ejemplo, cuando se trata de tumores sanguíneos, pues no asocian nuestros uniformes sólo con estos tratamientos", dice Aguirre.
Meli destaca que además del apoyo escolar que pueda aportar el Aula Hospitalaria, con su trabajo se consigue "que el niño se adapte a un medio que en principio es hostil. Luego es gratificante ver la evolución del niño, como se va sintiendo más cómodo cada vez. Eso es lo mejor, porque luego darle un nivel escolar es difícil, aunque en una ocasión enseñé a leer a un niño con el que estuve trabajando todo el año". Recuerda eso sí que el programa es voluntario, y que hay familias que prefieren no utilizar sus servicios.
Una de las principales dificultades a las que se encuentran en su trabajo es que muchos niños están muy deprimidos, no quieren salir de su habitación "y es allí donde debemos ganárnoslos, conseguir su confianza primero, antes que nada, porque eso es lo más importante. El trabajo en el aula se hace más rápido, pero en la habitación cuesta más".
El doctor Aguirre asegura que en todo momento están coordinados médicos y monitoras y que otro de los objetivos importantes es que los niños "no vivan la hospitalización como un trauma".
El Aula Hospitalaria funciona como un colegio incluso en sus horarios. Sólo abre por las mañanas y cierra en verano. Por las tardes sí hay servicio de ludoteca, u otras actividades que el Puerta del Mar ofrece para entretener a los niños, como actuaciones de magos. Los especialistas reconocen que, además de su labor, "es muy importante para su integración la labor de los padres".
Ana y Meli, las dos especialistas que se encargan del Aula Hospitalaria, atienden a los pequeños tanto en las instalaciones de que disponen como en las propias habitaciones, en caso de que los pacientes ingresados no estén en condiciones de desplazarse. "Cuando un niño ingresa nos presentamos a la familia y les informamos de la posibilidad de que continúen trabajando su curso aquí", dice Ana. El objetivo es convertirse en una especie de centro de apoyo escolar. Los niños llevan sus propios libros y Ana y Meli hablan con sus tutores para coordinarse y que pueda hacerse un seguimiento. "Es una forma de continuar con su vida pero aquí dentro del hospital, y la verdad es que notamos que a los niños les viene muy bien", comenta el doctor Aguirre, jefe de la Unidad de Pediatría del Puerta del Mar.
Junto a Triana se encuentra Fátima, una niña de Teruel que enfermó durante una visita a Marruecos y que fue desplazada desde Ceuta hasta Cádiz. "Pues yo vine en helicóptero, aunque no lo recuerdo porque estaba dormida. Me lo ha contado mi madre", dice, a lo que Triana, que no se corta, le responde para no ser menos. "Pues yo vine en ambulancia desde Jerez".
Ana y Meli, que ya lleva dos décadas atendiendo a los pequeños, van vestidas como el personal sanitario. "Esto nos ayuda porque los niños a los que hay que realizar punciones por ejemplo, cuando se trata de tumores sanguíneos, pues no asocian nuestros uniformes sólo con estos tratamientos", dice Aguirre.
Meli destaca que además del apoyo escolar que pueda aportar el Aula Hospitalaria, con su trabajo se consigue "que el niño se adapte a un medio que en principio es hostil. Luego es gratificante ver la evolución del niño, como se va sintiendo más cómodo cada vez. Eso es lo mejor, porque luego darle un nivel escolar es difícil, aunque en una ocasión enseñé a leer a un niño con el que estuve trabajando todo el año". Recuerda eso sí que el programa es voluntario, y que hay familias que prefieren no utilizar sus servicios.
Una de las principales dificultades a las que se encuentran en su trabajo es que muchos niños están muy deprimidos, no quieren salir de su habitación "y es allí donde debemos ganárnoslos, conseguir su confianza primero, antes que nada, porque eso es lo más importante. El trabajo en el aula se hace más rápido, pero en la habitación cuesta más".
El doctor Aguirre asegura que en todo momento están coordinados médicos y monitoras y que otro de los objetivos importantes es que los niños "no vivan la hospitalización como un trauma".
El Aula Hospitalaria funciona como un colegio incluso en sus horarios. Sólo abre por las mañanas y cierra en verano. Por las tardes sí hay servicio de ludoteca, u otras actividades que el Puerta del Mar ofrece para entretener a los niños, como actuaciones de magos. Los especialistas reconocen que, además de su labor, "es muy importante para su integración la labor de los padres".
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