En el Hospital Infantil Manuel de Jesús Rivera ‘La Mascota’, en Managua, los niños con cáncer aprenden a escribir poesía. Lo hacen de la mano del poeta Ernesto Cardenal y de otros como Claribel Alegría, quienes imparten un taller de poesía que ha dado excelentes resultados. Esa peculiar terapia la ha recogido el poeta y periodista granadino Daniel Rodríguez Moya en su primera película documental, dirigida junto al escritor nicaragüense Ulises Juárez Polanco, que se ha presentado este martes presenta en la Biblioteca de Andalucía de Granada.
El documental lleva por título ‘Me gustan los poemas y me gusta la vida’, un verso de Ibis Palacios, una niña nicaragüense de ocho años que aprendió a escribir poesía en ‘La Mascota’ y que falleció de leucemia en 2008. La película se adentra en ese hospital para niños con cáncer en el que todos los martes del año, desde hace más de una década, Cardenal y otros poetas imparten el taller de poesía.
Con una duración de 50 minutos, el documental incorpora testimonios de médicos, psicólogos, poetas y familiares de niños con leucemia y cáncer que van desgranando cómo a través de la poesía se logran magníficos resultados que funcionan dentro de las terapias que deben seguir los pequeños. Los niños también son protagonistas de la película, en la que van leyendo algunos de los poemas que se han escrito en el taller.
El documental se rodó en julio de 2014 en el Hospital Infantil la Mascota, durante las sesiones de poesía del taller. Los poemas de los propios niños sirven como hilo conductor de la historia, que parte del diagnóstico de la enfermedad y se va adentrando poco a poco en el poder de la poesía como elemento que hace que los niños afectados logren una mayor autoestima y fuerza para superar el cáncer.
‘EL SOL TIENE PESTAÑAS ROSADAS’
Muchos de los poemas de estos pequeños han sido recopilados en dos antologías publicadas hasta la fecha. “Hay algo especial en ellos”, afirma Cardenal en la película al referirse a la obra de los pequeños enfermos de cáncer. “Casi nunca hablan de su enfermedad, hablan de la vida”. Este poeta, nonagenario ya, considera que la poesía de estos niños, en ocasiones, alcanza una excelente calidad literaria. Por ejemplo, continúa Cardenal, “en esta poesía las estrellas son de color transparente, la luna plateada como el agua y el sol tiene pestañas rosadas”.
La creación del taller de poesía del Hospital La Mascota fue una iniciativa del médico italiano especialista en oncología infantil Giuseppe Masera, que en su experiencia tratando a niños con leucemia y cáncer apreció que el arte, y especialmente la poesía, incide de manera muy positiva en los tratamientos. En el año 2004 le propuso a Ernesto Cardenal poner en marcha el taller en Nicaragua. Cardenal, que fue ministro de Cultura tras el triunfo de la revolución sandinista, desde 1979 hasta 1987, fue el artífice de los famosos talleres de poesía en Nicaragua.
VERSOS EN EL HOSPITAL
La idea de rodar el documental surgió en 2007, cuando el poeta y periodista Daniel Rodríguez Moya fue invitado por Ernesto Cardenal y Claribel Alegría a participar en una de las sesiones del taller. “Los primeros minutos fui incapaz de articular una palabra al mirar frente a frente a aquellos pequeños, con los efectos de la quimioterapia visibles”, dice Rodríguez Moya. Pero aquel primer impacto rápidamente se disipó al observar el entusiasmo de los pequeños al llegar la hora del taller. “Leían sus poemas y la cara les cambiaba completamente”, afirma. De pronto se creaba un clima en el que “la enfermedad no era lo importante”. A partir de ese momento “las imágenes literarias, muchas de ellas realmente asombrosas, se sucedían unas a otras casi por arte de magia”. Durante una hora y media aproximadamente, “el hospital se llenaba de bellos cantos a la vida”.
Rodríguez Moya quería contar la historia desde que participó en el taller por primera vez, pero no encontraba el modo de hacerlo. En varias ocasiones, en sus periódicas visitas a Nicaragua, volvió al hospital para asistir a alguna sesión de esos talleres. En 2014 dio el paso. Decidió aventurarse y narrar la experiencia de los pequeños poetas de ‘La Mascota’ en un documental. Contó con la complicidad del escritor nicaragüense Ulises Juárez Polanco y el periodista especializado en documentales Erik Flakoll.
CIENCIAS Y LETRAS
En el rodaje, además de Ernesto Cardenal y Claribel Alegría, participaron la hija de la ex presidenta de Nicaragua Violeta Barrios de Chamorro, Claudia Chamorro, cuyo hijo falleció de leucemia a los 12 años, el fundador del hospital, Fernando Silva –pediatra y uno de los más importantes narradores nicaragüenses– poetas como Daisy Zamora, William Agudelo o Julio Valle-Castillo, así el director del área de hemato-oncología del Hospital La Mascota, el doctor Fulgencio Báez.
El proceso de montaje se prolongó durante nueve meses. Rodríguez Moya contó para ello con varios profesionales de la edición, el sonido y la fotografía que se implicaron en el proyecto, y que, a partir de más de 15 horas de grabación, lograron un trabajo que sin grandes medios técnicos cuenta de manera emotiva una historia que, en palabras de su director, “contesta a la pregunta que muchas personas se hacen: ¿para qué sirve la poesía?”
Hoy, los talleres de poesía en el Hospital La Mascota se siguen desarrollando cada martes. Cardenal y Claribel Alegría, también nonagenaria, espacian más su asistencia debido a su edad. Dirige las sesiones Juan Ramón Falcón, que siendo un campesino aprendió a escribir poesía en los talleres del Ministerio de Cultura de Nicaragua con el triunfo de la revolución sandinista.
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